Imagen Noticias

INFORMACIÓN ESENCIAL SOBRE EL CÁNCER DE SENO.

Salud General

Según el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés), en el año 2010 se registraron más de 209.000 nuevos casos de cáncer de seno en los Estados Unidos y más de 40.000 muertes por esta enfermedad. Si bien es raro en los hombres, el cáncer de seno puede afectar a ambos sexos.

Las mujeres hispanas tienen menos probabilidades de desarrollar o morir de cáncer de seno que las mujeres blancas no hispanas, pero también tienen más probabilidades de recibir un diagnóstico cuando la enfermedad está más avanzada. Uno de los motivos puede ser que muchas mujeres hispanas no se hacen mamografías regularmente y necesitan más información acerca de la importancia de estas pruebas de detección.

El seno femenino tiene de 15 a 20 secciones llamadas lóbulos, cada una de las cuales a su vez se subdivide en numerosas secciones de menor tamaño llamadas lobulillos, grupos de glándulas diminutas que producen la leche materna que fluye a través de los conductos hasta llegar al pezón. El espacio entre los lobulillos y los conductos está lleno de grasa y tejido fibroso.

Los senos también tienen vasos linfáticos conectados a los ganglios linfáticos que son pequeñas masas de tejido de forma esférica las cuales producen las células necesarias para que el organismo se proteja de las infecciones.

Hay grupos de ganglios linfáticos en áreas cercanas al seno: las axilas, arriba de la clavícula y en el pecho, detrás del esternón.

El cáncer se origina en las células que son las unidades básicas de los tejidos. Normalmente, las células crecen y se dividen para formar nuevas células que reemplazan a aquéllas que mueren al envejecer o al dañarse. Pero en algunos casos se forman células nuevas cuando el organismo no las necesita o cuando las células viejas o dañadas siguen vivas, ello genera una masa de tejido, un bulto, llamado tumor. Los tumores en el seno pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Los tumores benignos:

·         rara vez constituyen un riesgo de muerte

·         pueden extirparse y por lo general no vuelven a reproducirse

·         no invaden los tejidos que los rodean

·         no se dispersan a otras partes del cuerpo

Los tumores malignos:

·         pueden conllevar un riesgo de muerte

·         pueden extirparse en muchos casos, pero a veces vuelven a reproducirse

·         pueden invadir y afectar órganos y tejidos cercanos (como la pared del tórax)

·         pueden pasar a otras partes del cuerpo.

Las células cancerosas pueden separarse del tumor original en el seno e introducirse en los vasos sanguíneos o los vasos linfáticos, que llegan a todos los tejidos del cuerpo. Además, pueden llegar hasta los ganglios linfáticos que se encuentran cerca del seno o adherirse a otros tejidos y formar allí otros tumores malignos.

Nadie sabe con certeza cuáles son las causas del cáncer de seno. Entre los factores de riesgo del cáncer de seno se encuentran la edad, los antecedentes de cáncer (personales o familiares), cambios genéticos, el uso anterior de radioterapia en el pecho, antecedentes relacionados con la menstruación y la reproducción, el uso de terapia hormonal durante la menopausia, la raza, la densidad del tejido mamario (del seno), el sobrepeso o la obesidad, la falta de actividad física y el consumo de alcohol. Es posible evitar ciertos factores de riesgo, como el consumo de alcohol. No obstante, debe tenerse en cuenta que la presencia de un factor de riesgo no significa necesariamente que se va a contraer cáncer de seno. La mayoría de las mujeres con factores de riesgo nunca llegan a desarrollarlo.

Síntomas

El cáncer de seno no causa ningún síntoma al principio, pero a medida que el tumor crece puede producir cambios como los siguientes:

·         Un bulto o zona endurecida en el seno, la axila o en un área cercana

·         Alteraciones en la forma o el tamaño del seno

·         Hoyuelos o surcos en la piel del seno o hendiduras en la piel que le dan aspecto de cáscara de naranja

·         Pezón invertido

·         Secreción del pezón, en particular si contiene sangre

·         Hinchazón, enrojecimiento o escamas en la piel del seno, el pezón o la aréola (la zona de piel oscura que rodea al pezón).

Con frecuencia, estos síntomas no son debidos al cáncer, pero es conveniente que consulte a su médico. Si el cáncer se detecta en sus etapas iniciales los tratamientos son más eficaces. Por ello, es necesario hacerse regularmente exámenes clínicos de los senos y mamografías.

Durante el examen clínico, su proveedor de atención médica le revisará los senos, las axilas y la zona de la clavícula, con objeto de determinar lo siguiente:

·         si hay diferencias de forma o tamaño entre los dos senos

·         si la piel tiene cualquier síntoma anormal, como una erupción o un hoyuelo

·         si hay supuración (es posible que deban apretarle los pezones al examinarla)

·         si hay algún bulto del tamaño de un chicharo (guisante) o mayor. El médico palpará los senos con las yemas de los dedos.

·         si los ganglios linfáticos que se encuentran cerca de los senos están hinchados.

Si le encuentran un bulto durante el examen clínico lo palparán para determinar su forma, tamaño, textura, y comprobar si se mueve con facilidad. Los bultos suaves, blandos y esféricos, que se mueven con facilidad, suelen ser benignos. En cambio, un bulto duro, de forma irregular, que esté adherido firmemente al seno, puede ser canceroso, aunque será necesario hacer otras pruebas para confirmarlo.

Una mamografía es una radiografía del tejido del seno. Permiten detectar la presencia de una masa antes de que ésta pueda palparse y también pueden revelar partículas muy pequeñas de calcio (microcalcificaciones) en los senos. Las masas como las manchas pueden ser síntoma de cáncer de seno pero también pueden ser causadas por células precancerosas o por otros trastornos. Si usted tiene una masa o depósitos de calcio, probablemente sea necesario hacerle más pruebas para detectar la presencia de células anormales. Las mujeres deben hacerse mamografías periódicamente, con objeto de detectar el cáncer tan pronto como sea posible.

Si la mamografía muestra una zona anormal en el seno, es posible que su proveedor de atención médica ordene pruebas diagnósticas con imágenes de esa zona que sean más claras y detalladas. Los médicos utilizan las mamografías "diagnósticas" para saber más acerca de cambios inusuales en los senos, tales como un bulto (masa), un dolor, un engrosamiento, una secreción del pezón o cambios en el tamaño o la forma de los senos. Las mamografías diagnósticas pueden enfocarse en zonas específicas del seno. Éstas pueden involucrar técnicas especiales y vistas adicionales a las que ofrecen las mamografías de detección.

Es necesario determinar el estadio (es decir, la etapa o fase) en que se encuentra la enfermedad para poder decidir cuál es el mejor tratamiento. La determinación del estadio dependerá del tamaño del tumor, así como también de si el cáncer ha invadido otros tejidos cercanos o se ha extendido a otras partes del organismo.

Los dispositivos de ultrasonido utilizan ondas sonoras inaudibles para crear imágenes que revelan las características de cualquier bulto presente en el seno: si es sólido, si está lleno de líquido (es decir, si se trata de un quiste), o si tiene ambas características. Si bien los quistes no suelen ser cancerosos, los bultos sólidos sí pueden serlo. Las imágenes de resonancia magnética (RM) revelan en detalle las diferencias entre el tejido normal y el tejido afectado por el cáncer. Los dispositivos de RM utilizan magnetos potentes, ondas de radio y una computadora para tomar imágenes detalladas del interior del seno.

La única forma de saber con certeza si una persona tiene cáncer es mediante una biopsia. Para realizarla se extrae una pequeña muestra de tejido o de líquido del seno y se envía a un patólogo para que la analice y determine si se trata de células cancerosas y del tipo que son.

Si el cáncer está presente, es posible realizar ciertas pruebas especiales con el tejido canceroso del seno para determinar el tratamiento a seguir:

Pruebas de receptores de hormonas: Para desarrollarse, ciertos tipos de tumores de mama requieren la presencia de estrógeno, de progesterona o de ambas hormonas. Si se detectan receptores de estas hormonas en el tejido, es posible que se le recomiende un tratamiento con hormonas.

Prueba de la proteína HER2/neu: La HER2/ neu es una proteína de crecimiento celular que se encuentra en algunos tipos de células cancerosas. Mediante esta prueba es posible determinar si el tejido contiene una cantidad excesiva de dicha proteína o si tiene demasiadas copias del gen correspondiente a la misma. En este caso existe la alternativa de utilizar una terapia dirigida, con medicamentos que bloquean el crecimiento de las células cancerosas.

Tratamiento

Existen diversas alternativas para el tratamiento del cáncer de seno, entre las que se destacan la cirugía, la radioterapia, la administración de hormonas, la quimioterapia y la terapia dirigida. En algunos casos se combinan distintos tipos de tratamiento. Es necesario tener en cuenta que lo que resulta recomendable en un caso podría no serlo en otro.

Tratamiento local

La cirugía y la radioterapia son tratamientos locales que se utilizan para extirpar o destruir el cáncer de seno.

Tratamiento sistémico

Entre los tratamientos sistémicos se encuentran la administración de hormonas, la quimioterapia y la terapia dirigida. Estos tratamientos se introducen en el torrente sanguíneo para destruir o controlar las células cancerosas en todo el organismo.

El tipo de tratamiento recomendado dependerá principalmente del estadio del cáncer, de los resultados de las pruebas de receptores de hormonas, del resultado de la prueba de la proteína HER2/neu y del estado general de salud de la paciente.

Su médico le describirá las distintas opciones de tratamiento, los resultados que puede esperar y los posibles efectos secundarios. Estos últimos suelen estar presentes, pues a menudo el tratamiento contra el cáncer afecta también a las células y tejidos sanos. Antes de empezar el tratamiento, consulte a su equipo médico sobre las medidas que debe tomar para prevenir o reducir los efectos secundarios, así como sobre el impacto que pueden tener sobre sus actividades diarias. Con ayuda del personal médico usted podrá desarrollar un plan de tratamiento que se ajuste a sus necesidades.

Durante el tratamiento es posible que el médico la remita a un especialista o que usted necesite que le recomienden a un cirujano, un oncólogo o un oncólogo radiólogo. También podrían remitirla a un cirujano plástico o a un especialista en cirugía reconstructiva. Además, entre los miembros de su equipo de atención médica puede haber un enfermero de oncología y un dietista.