
¿Eres de l@s que trabajas a vida completa?
Aprende a desconectar
Sumergidos como estamos en la vorágine de la productividad, cada vez nos cuesta más separar nuestra vida profesional de nuestra vida personal. Lo intentamos, pero cuesta desconectar cuando salimos del trabajo con los problemas no resueltos dando vueltas y vueltas y vueltas en nuestra cabeza en busca de una solución. Llegamos a casa con esa mochila a cuestas y, en lugar de marcar límites, optamos por reducir tiempo para nosotros mismos y para los nuestros. En definitiva, trabajamos a vida completa y eso acaba pasándonos factura.
Aprender a desconectar, sin embargo, es fundamental para nuestra salud mental, sí, pero también para la física.
El estrés puede causar alteraciones en el sueño, dolores articulares, problemas gastrointestinales, cefaleas, alteración de la macrobiota intestinal y de la libido, ataques de pánico e incluso depresión. También es el responsable de que lleguemos a perder el control racional y de que disminuya nuestra capacidad de pensar con claridad, lo que acaba por afectar también a nuestro rendimiento.
Pero la buena noticia es que es posible equilibrar vida laboral y vida personal. Obviamente, requiere de esfuerzo y compromiso, pero se puede. Si establecemos límites claros, priorizamos el bienestar y hacemos una buena gestión del tiempo, podemos lograr un equilibrio saludable que nos permita disfrutar de ambas facetas.
Quiero compartir contigo una serie de rutinas que a mí me funcionan y que me ayudan a encontrar ese equilibrio sano entre mi trabajo y mi vida fuera de él. Son estas:
1. Hasta aquí el trabajo: ahora, yo
Establece horas específicas para trabajar y desconectar. Es importante definir y marcar los límites entre el trabajo y la vida personal porque eso te ayudará a mantener un equilibrio saludable.
2. Toca recargar pilas
Busca y saca tiempo para hacer aquellas actividades que te apasionan: leer, hacer ejercicio, escuchar música, pasear, cocinar… o simplemente descansar. Lo que sea que te ayude a recuperar energía. Prioriza tu bienestar, en definitiva. Ten claro que lo mereces y lo necesitas.
3. ¡Organización!
Planifica tu jornada. Revisa tu agenda y mira cuáles son las tareas que debes cumplir hoy. Si asignas a cada una un tiempo para llevarlas a cabo, te permitirá trabajar de manera más productiva y, aunque te parezca lo contrario, podrás tener tiempo para disfrutar de tu descanso cuando regreses a casa.
4. Repite conmigo: ¡No!
Aprende a decir ‘no’ de vez en cuando. Es fundamental para evitar sentirte abrumado y sobrepasado en el trabajo. Saber delegar ayuda a ser productivos y a priorizar lo que realmente importa.
5. Te mereces un ‘break’
Incluso cuando tengas mucho trabajo y creas que no te van a dar las horas, incorporar una o varias pausas cortas en tu jornada es lo mejor que vas a hacer para sacar adelante tus tareas. Unos minutos de descanso pueden revitalizar tu energía y mejorar la concentración.
6 .Este es mi propósito y mi objetivo
Nada como tener muy claro lo que quieres conseguir y hasta dónde quieres llegar. Define tus metas, pero que sean realistas. Tener expectativas alcanzables te ayuda a evitar la presión innecesaria y contribuye a un equilibrio más sostenible.
7. Apagón digital
Programa momentos de desconexión digital. Fuera pantallas, notificaciones, wasaps, mensajes, vídeos de YouTube… La conexión constante puede terminar por agotarte. Libera tu mente y dale tiempo para descansar y rejuvenecer.
8.Tiempo para quienes de verdad te importan
Las relaciones personales son imprescindibles para una vida feliz y en equilibrio. Nutre tu vida de relaciones significativas y dedica tiempo a quienes te importan de verdad.
9. El enorme poder de decir gracias
Reconoce las cosas positivas que te ocurren en tu día a día y da las gracias por ellas. Incluso sé agradecido con las negativas, porque de estas puedes aprender y te ayudan a crecer. Cultivar la gratitud diariamente puede mejorar la perspectiva que tienes de las cosas y contribuir a que mantengas un estado mental equilibrado.
10. Estás de vacaciones, respétalas
El tiempo de descanso es vital para recargar energía, esa que necesitarás para llevar a cabo tu trabajo sin acabar quemado. Planea tu ocio y tus días de asueto y dedícalos solo a eso, a descansar y a desconectar. Y si te ves obligado a atender algún asunto de trabajo en tus vacaciones, marca un tiempo limitado para desarrollarlo: una hora, dos…, pero respétalo y desconecta.