
El dato mata el relato (aunque a veces el relato asesina al dato)
Bienestario by Javier Cantera
En este mundo tan polarizado siempre nos encontramos fervientes seguidores de los datos y, a su vez con gente que solo cree en el poder mágico del relato. ¿Por qué tenemos que elegir entre el dato y el relato?
¿Por qué no podemos utilizar ambos a la vez? Sin datos, no vale para nada un relato, es puro humo, pero si tenemos solo los datos sin envolverlo en un relato tampoco significa mucho.
El buen discurso tiene relato basado en datos y datos explicados por un relato.
No obstante, hay momentos donde el dato mata el relato como en una evaluación del rendimiento o en una cuenta de resultados, pero en otras ocasiones los datos no significan nada porque depende del contexto interpretativo que le da el relato, como es el caso de una Huelga o de una decisión del Comité de Dirección.
En el mundo actual llenos de falacias, desinformaciones y bulos se puede mentir en los dos extremos de ambos términos:
- Tanto contando un maravilloso relato, de sugerentes auto explicaciones donde el dato no se le espera.
- También descontextualizado el dato sin saber que se oculta la realidad, produciendo una desinformación por no saber el ámbito donde se plantea.
El relato está en desuso porque en este momento que estamos es el ocaso de la narración. Como bien dice Lola López Mondéjar en su libro “Sin Relatos”, tenemos una atrofia para poner en palabras al pensamiento, tenemos un déficit de pensamiento e imaginación. Crear relatos es la base del ser humano y donde se pone la emoción que nos motiva. Por eso, es importante apostar por tener más capacidad para relatar y crear un entorno que explique el contexto de los datos. El contextualismo cada vez es una corriente de pensamiento más potente, y que todo relato debe servir de contexto para generar el buen significado del dato.

Entender que el relato es necesario para gestionar los datos implica cambiar el concepto de cuadro de mando clásico donde lo importante eran los KPIS, hoy día más bien es el contexto que explica el dato que expresa el KPI´S.
Los datos son necesarios porque sin ello no gestionamos la realidad. Sin datos, no podemos comprender la realidad, y como bien decía Francis Bacon, el empirismo es la esencia de la ciencia, pero sin tener una teoría solo podemos pensar con datos cuantitativos sin dotarle de significado cualitativo, el cual, está enormemente relacionado con el relato .
¿Por tanto, datos y relatos a la vez? Pues no podemos prescindir de ambas herramientas cognitivas, y, además, su interrelación e interacción explica la ciencia. Toda ciencia necesita de conceptos explicativos asociados a los datos que configuren un relato comprensible a los usuarios de dicha ciencia. No podemos forzar a la realidad para esconderse en unos datos ni elaborar relatos que configuran una explicación irracional de los datos.
Como los famosos dilemas de ¿Mamá o Papá?, no podemos desechar los datos y ni el relato, y, por tanto, también es tan importante nuestra capacidad numérica como la riqueza conceptual narrativa ¿O no es mejor líder por contar con emoción los datos? ¿O puede existir un líder que no tenga en cuenta los datos?
Dejemos estos falsos dilemas que nos lleva a un túnel de escasez (blanco o negro) y además de dicotomizar la realidad impide comprender la complejidad de la misma.
Con una visión analítica todo dato puede ser un relato, y nos descubre una realidad y todo relato se puede convertir en datos.
Sin duda que el dato mata el relato, unos datos que discrepe de la realidad hunde el relato, pero a veces, a escondidas es el relato el que asesina a los datos dotándolos de un significado distinto según el marco interpretativo que se proponga
Pues yo no elijo.... me quedo con los dos, maravillosos datos y exquisitos relatos.