
Cómo cambiar de estilo de vida con éxito
Seguro que conoces a alguien que el día 1 de enero de este año se propuso adelgazar y se apuntó al gimnasio… pero ya lo ha dejado. Incluso, tal vez, te haya pasado a tí algún año de estos y hayas vivido en primera persona esa emoción al pensar que tu vida iba a dar un giro de 180 grados con tu nuevo estilo de vida, pero un mes después te hayas encontrado en el mismo punto de partida.
De hecho, los número no mienten: el 12% de las personas que se apuntan al gimnasio se inscriben en enero. Sin embargo, el 50% abandona en los primeros tres meses y el 80% deja de ir antes de los seis meses.
Y es que muchas personas deciden cambiar su estilo de vida, ya sea para mejorar su salud, productividad o bienestar general. Sin embargo, lograrlo con éxito requiere más que solo un deseo momentáneo: necesita motivación, expectativas realistas, hábitos sólidos y un plan estructurado. A continuación, te comparto estrategias para hacer de tu transformación y nuevo estilo de vida un éxito duradero, sea el que sea.
En primer lugar, debes encontrar tu motivación, que será el motor de tu cambio. Y para encontrarla, pregúntate cuál es tu ‘para qué’. ¿Para qué quieres cambiar tus hábitos?, ¿para qué quieres apuntarte al gimnasio?, ¿para qué quieres cambiar tu forma de comer?, ¿para qué quieres irte antes a dormir?, ¿Para qué quieres dejar de mirar tanto tiempo tus redes sociales?… Escribe tu respuesta y colócala en un lugar visible para que todos los días recuerdes cuál es esa intención más profunda.
Por otro lado, siempre les recomiendo a mis clientes que las primeras semanas hagan esa nueva rutina acompañados. Si es por su pareja o su mejor amigo, mejor. Y es que un nuevo hábito tarda un mínimo de 66 días en integrarse en piloto automático en tu cerebro y durante ese periodo habrá muchos momentos en los que querrás tirar la toalla: hacerlo junto a alguien que te motive a continuar hará crecer el porcentaje de éxito durante las primera etapa más difícil.
Además, prueba diferentes formas de inspirarte: ver documentales, leer libros, seguir cuentas motivacionales en redes sociales o llevar un diario de gratitud donde registres los pequeños logros que vas consiguiendo.
También es recomendable visualizar el cambio que deseas lograr. Cierra los ojos e imagínate durante un minuto cómo es tu nueva vida con los hábitos que quieres integrar. Te mantendrá enfocado en tus metas y reforzará tu motivación interna.
Hay una segunda clave muy importante: tener paciencia. Como te he dicho, un nuevo hábito tarda un mínimo de 66 días en crearse y una transformación de estilo de vida tarda su tiempo y esfuerzo. Para que no te frustres, define metas alcanzables a corto plazo.
Por ejemplo, si quieres mejorar tu condición física, en lugar de esperar cambios radicales en pocas semanas, enfócate en mejorar progresivamente tu alimentación y rutina de ejercicios y empieza con pequeñas acciones. Establece objetivos concretos y medibles: como poder correr 1 minuto más cada semana o agregar más vegetales en las comidas, en lugar de cambiar toda tu nutrición de golpe.
Es fundamental que entiendas que los retrocesos son parte del proceso. No te castigues, si un día no cumples con tu plan, porque es lo más normal del mundo. En su lugar, analiza qué sucedió, qué habría funcionado y cuál es tu nuevo compromiso para cumplirlo mejor al día siguiente.
En tercer lugar, para crear hábitos sólidos, sigue los siguientes pasos: asocia el nuevo hábito a uno que ya realices: si te has propuesto leer más, hazlo mientras tomas tu café de las mañanas. Usa recordatorios: ponte una alarma a la hora que quieras salir a correr, notas adhesivas en el espejo del baño, o usa apps que te ayuden a hacer seguimiento de tu progreso.

Y en último lugar, crea un plan estructurado. En primer lugar, establece un objetivo principal y realista. Por ejemplo, mejorar tu composición corporal en 6 meses. Divide el objetivo en metas más pequeñas, como entrenar tres veces por semana y beber agua diariamente. Crea un horario y síguelo: reserva y apunta en tu agenda los momentos que dedicarás a tus nuevos hábitos. Lo que no aparezca en tu agenda, no existe. Mide tu progreso: lleva un registro de tus avances y ajusta tu plan según sea necesario. Y, por último, flexibiliza tu visión, porque la rigidez lleva al abandono. Si tu plan no está funcionando, modifícalo en vez de tirar la toalla.
Para concluir: cambiar de estilo de vida con éxito no ocurre de la noche a la mañana, pero lo puedes lograr si das los pasos adecuados. Recuerda que cada pequeño paso cuenta y no esperes el momento perfecto para empezar. Comienza hoy. ¡Haz que suceda!