Los beneficios del Aguacate
Pera de cocodrilo o mantequilla de la selva, así es como se conoce a esta fruta originaria de México, Guatemala, El Salvador y Perú. Existen cerca de 500 variedades de aguacate. La llamada Hass es la más popular. Dentro de una piel ruda se encuentra una pulpa cremosa con multitud de sustancias beneficiosas para la salud.
Destacan el beta-sitosterol, que mejora nuestra salud cardiovascular; la luteína y la zeaxantina ambos potentes antioxidantes que favorecen la salud ocular. La vitamina K, esencial para el tratamiento de la osteoporosis. El ácido fólico, necesario para el desarrollo celular en la infancia, de embarazadas y deportistas. La fibra, que favorece la digestión y estimula la flora bacteriana. Y por último, una alta concentración de todos los grupos de vitaminas y minerales -destacan las vitaminas del grupo B, la D, E y C, y minerales como el calcio y el potasio-, que abarcan un tremendo espectro de funciones del organismo.
A pesar de estas cualidades, su alto contenido graso -cerca del 25% de su peso- le ha dado muy mala prensa durante años y su uso ha estado muy restringido. Pero es este contenido graso el que le da un valor particular, ya que estas grasas son esenciales para el organismo y bloquean los efectos negativos de otro tipo de grasas.
Al margen de estas cualidades, nos encontramos ante algo realmente versátil en cuanto a su utilización, tanto como producto o como ingrediente, que lo convierten en un excelente aliado en la cocina.
Su cremosa pulpa aporta untuosidad y consistencia a muchas recetas, y puede utilizarse indistintamente en la preparación de postres dulces y platos salados. Delicioso directamente untado en una tostada con un buen aceite de oliva y un chorro de limón –excelente alternativa a las margarinas industriales-, o formando parte de su receta reina: el guacamole, donde se combina a la perfección con sal, aceite, cebolla, tomate y especias al gusto.
El uso del aguacate en la cocina resulta muy sencillo, pero tiene el inconveniente de que la pulpa se oxida con facilidad al contacto con el aire. Para evitar esto, basta con añadir zumo de limón o de lima o bien envolverlo en una película de plástico o papel film que no deje pasar el oxígeno.
El aguacate se recolecta antes de estar maduro. Suele llegar a los comercios aún verde y acaba de madurar en casa. Para que el fruto madure completamente debe dejarse en un lugar oscuro entre 15 y 24 ºC y en 3 o 4 días tendremos el producto perfectamente maduro, pero no hay que introducirlo en la nevera antes de que madure, ya que esto puede dañar su estructura y consistencia.
Se sabe que el aguacate está en su punto si cede a una suave presión con los dedos, aunque es preferible no tocarlo demasiado, pues se deteriora con facilidad. También se puede sacudirlo suavemente. Si se nota el hueso agitándose en el interior… está listo para comerse.
Otro sistema: quitando el rabillo que queda en la parte superior. Si lo que vemos es de color oscuro significa que el aguacate ya está un poco pasado. Si el color tira a verde es que todavía le quedan unos días para madurar, si nos encontramos con un color amarillento indica que ya podemos hincarle el diente. A partir de ese momento se guarda en la nevera para detener la maduración y conservarlo unos pocos días.
Por el contrario, hay que comprobar que la piel no presente puntos negros, manchas o cualquier signo que nos indican una excesiva maduración. Al margen de las maravillosas cualidades del aguacate no debemos olvidar que no existe ningún alimento perfecto y que debe ser consumido en el seno de una alimentación variada y bajo un consumo moderado de las raciones de cada alimento.