DISLEXIA
La dislexia es una dificultad específica para aprender a leer y escribir que se caracteriza por una pérdida parcial en la capacidad de la lectura y en ocasiones de la escritura. Se manifiesta mediante gran variedad de síntomas que aparecen debidos a un problema de ordenación que el cerebro hace de la información que le llega por escrito, llevándole en ocasiones a la confusión, y a reaccionar de una forma peculiar.
Su incidencia en la población se estima en un 10 por ciento, con un 4 por ciento de extremadamente disléxicos y un 6 por ciento de mediana o moderadamente disléxicos, y se trata de un trastorno que acompaña durante toda la vida a quien lo padece.
Los niños disléxicos tienen una capacidad intelectual media o por encima de la media, aunque la dificultad en la comprensión de los escritos les acarrea un retraso de aprendizaje con respecto al resto de sus compañeros.
Lo normal es que el problema no se diagnostique antes de los ocho años, aunque los expertos señalan que ya a los cuatro o cinco años hay una serie de síntomas que pueden servir de indicadores de alarma para los padres y profesores. En cualquier caso, los expertos destacan que es aconsejable esperar un tiempo para establecer el diagnóstico, ya que en muchas ocasiones estos signos no acaban en este trastorno.
Estas “señales” son aquellas que están relacionadas con el nivel de comprensión y lenguaje del niño ya que, es habitual que a los cuatro años un niño hable con fluidez y tenga una capacidad lingüística que, en el caso de los niños disléxicos, no se produce. Además, estos niños suelen tener problemas en el momento de memorizar canciones, problemas de ritmo, falta de concentración e, incluso, les cuesta hacer un puzzle por muy sencillo que sea.