Hermes era el dios de la sexualidad masculina y Afrodita la diosa de la sexualidad, el amor y la belleza femeninas.

Médicamente se considera que hay hermafroditismo cuando hay una discrepancia entre los genitales internos y externos (los testículos o los ovarios).

No se trata de un fenómeno excesivamente extraño en la raza humana en contra de lo que se pudiera pensar. Según Anne Fausto Sterling de la Universidad de Brown hasta un 1,7% de la población presentaría alguna variación de lo que se considera completamente masculino o femenino.Se trata de una compleja cuestión que deriva en graves problemas físicos, psicológicos y legales.

A lo largo de los años se han dado curiosos casos de personas hermafroditas: En Filipinas se dio el caso de un hombre llamado Carlo que trajo en jaque a la comunidad científica internacional al sufrir un embarazo. Francis Benton se hizo famosos a principios del siglo XX al ser expuesto en los circos por ser capaz de mantener relaciones sexuales con los dos sexos o el caso de Sor Fernanda Fernández, religiosa capuchina española del siglo XVIII que ingresó en un convento de Granada a los 18 años, y tras múltiples consultas con teólogos, médicos y las altas instancias religiosas abandonó el convento a los 37 años tras haberle confesado la religiosa a su confesor los “extraños cambios físicos que experimentaba”.